La madurez de los adulto es proporcional al tiempo de juego cuando niños, y a las preguntas que en ese entonces nos fueron buenamente respondidas.
¡Un mundo en donde navegaras y encontraras la verdadera realidad de un niño y todo lo que le sucede en su pequeña esfera de cristal!

lunes, 29 de agosto de 2011
Los Ocho Principios Básicos de la Terapia de Juego NoDirectiva - Virginia Axline
Ocho principios básicos de la Terapia de Juego |
Virginia M. Axline (1911 – 1988) fue una psicóloga y una de las pioneras en el uso de la Terapia de Juego. Escribió el libro Dibs en busca del yo y Terapia de Juego.
En su primer trabajo publicado ella establece los ocho principios básicos de la terapia de juego no directiva:
- El terapeuta debe desarrollar una relacion cálida y amistosa con el niño. Un buen rapport debe establecerse lo antes posible.
- El terapeuta acepta el niño tal cual es.
- El terapeuta establece un sentimiento de permisividad en la relación, con el fin de que el niño sienta la libertad de expresar completamente sus sentimientos.
- El terapeuta está alerta para reconocer los sentiemientos que el niños esta expresando, y refleja aquellos sentimientos de vuelta al niño con la intención de lograr que el niño haga un insight de sus comportamientos.
- El terapeuta mantiene un profundo respeto por las abilidades del niño para resolver sus propios problemas si se le diera la oportunidad de hacerlo. La responsabilidad de tomar decisiones e instituir cambios en el niño.
- El terapeuta no hace el intento de dirigir las acciones o conversaciones del niño en ninguna manera. El niño guia el paso; el terapeuta lo sigue.
- El terapeuta no hace el intento de acelerar la terapia. Es un proceso gradual y es reconocido como tal por el terapeuta.
- El terapeuta establece unicamente las limitaciones que son necesarias de anclar en la terapia al mundo de la realidad y para hacer al niño consiente de su responsabilidad en la relación.
TRAUMA CENTER
Trauma Center es una organización no lucrativa dedicada a justicia social por medio de esperanza y una promesa de plenitud a niños, adultos y familias que estan en riesgo de no recibir servicios efectivos, esenciales para su seguridad, progreso y/o sobrevivencia.
Su mision es ayudar a individuos, familias y comunidades impacatadas por adversidad y trauma. Con el fin de re establecer un sentido de seguridad y predictibilidad en el mundo.
Tambien el proveerles un cuidado terapéutico por medio del arte, para que puedan reclamar, reconstruir y renovar sus vidas.
Para mas información pueden visitar...
http://www.traumacenter.org/index.php
martes, 23 de agosto de 2011
Los Traumas & Los Niños
por Philip J. Lazarus, Ph. D.
Universidad Internacional de Florida (F.I.U.)
Universidad Internacional de Florida (F.I.U.)

Los traumas típicamente ocurren de repente, muchas veces dejando a los niños con poco o ningún tiempo para prepararse física o emocionalmente. Los traumas son imprevistos y fuera de lo que se espera en la vida de los niños. Durante un trauma, los niños experimentan un gran temor, horror o desamparo. Los métodos típicos para enfrentar situaciones traumáticas ya no funcionan. Luego del trauma, los niños requieren apoyo adicional y necesitan aprender nuevas estrategias para enfrentarse a los problemas.
Los padres pueden ser elementos vitales en la recuperación de sus hijos. Por lo tanto, ayudar a los niños a recuperarse de un trauma es un asunto que concierne a toda la familia. Los padres deben tomar la iniciativa y ser modelos positivos para enfrentar los problemas. Sin embargo, los padres podrán necesitar información, apoyo y recursos adicionales para ayudar a sus hijos. Algunos pasos iniciales que los padres pueden dar son comprender el impacto y los síntomas del trauma y cómo ayudar luego del mismo.
Para mas informacion... http://www.nasponline.org/resources/crisis_safety/trauma_sp.aspx
lunes, 22 de agosto de 2011
ENTREVISTA SOBRE TRAUMA
A: Ana Gómez
Por: Licenciado Cesar López Gómez
Por: Licenciado Cesar López Gómez
¿Cómo se puede definir trauma en un niño?
Hay distintas maneras de definirlo y también depende de quién lo define. Trauma tiene el aspecto subjetivo del individuo, lo que determina si una experiencia es traumática o no. Lo que es traumático para un individuo puede no serlo para otro. ¿Cómo se define una experiencia traumática? Si miramos el diccionario, la experiencia traumática es una experiencia del medioambiente que genera emociones externas de terror, que además atenta contra la sobrevivencia del individuo y es una situación en la cual el niño o el individuo está sufriendo el horror, no puede escapar: es una situación inexplicable.
Sin embargo muchas experiencias no necesariamente llenan este criterio, pero son consideradas subjetivamente traumáticas para el individuo porque no todo genera altos niveles e activación en l cerebro y el sistema nervioso. Se consideran experiencias negativas, experiencias traumáticas.
Otro factor es que cuando solo tomamos en cuenta trauma, podemos perder experiencias que pueden no llena el criterio de trauma y que tiene incluso un efecto más grande que un trauma significativo. Vemos experiencias repetitivas en la vida de las que no hubo escape y que pueden no ser tan intensas. Si el niño experimenta estas experiencias repetitivas en su vínculo con el padre, por ejemplo, esas experiencias acumulativas pueden llegar a tener un efecto mucho más grande en el desarrollo del niño. Esto genera niveles repetitivos de activación negativa interna.
¿Cuál es, en términos generales, la neurobiología del trauma que ocurre en el organismo del niño con la experiencia traumática?
Hay muchos niveles y se dan diferentes respuestas. Cuando hay una experiencia traumática, por ejemplo, en el cerebro se activan diferentes sistemas. Hablamos, por ejemplo, del eje HPA. Generalmente, cuando hay una amenaza hay una activación en la región límbica, una activación de la amígdala, que a la vez va a enviar información al hipotálamo, y éste a su vez va a activar otras partes neurohormonales en el sistema, que terminan con la liberación de la hormona cortical. Cuando hay una experiencia traumática a veces se da una liberación masiva de la hormono cortical.
Veamos lo que ocurre, por ejemplo, en el sistema autónomo, en el sistema parasimpático y simpático. Si lo miramos basados en la teoría de Porges, es más complejo. Una de las cosas que ocurren cuando hay una experiencia traumática, como Steve Porges lo ha demostrado en su teoría Polivagal, se da en el sistema nervioso autónomo como resultado de una amenaza. Él habla de cómo tenemos una cantidad de respuestas. Nos habla del sistema simpático y parasimpático, como una jerarquía de respuestas y no como lo veíamos antes: como un sistema de respuesta que creaba aceleración y desaceleración.
La propuesta es que en esta jerarquía de respuesta, generalmente, la primera línea de respuestas es en sistema parasimpático de nervio vagal cerebral. Este sistema es el que mantiene el sistema de participación social activo, que es cuando respondemos en primera línea a un estimulo o amenaza del medioambiente. Si esta respuesta o activación del sistema parasimpático central vagal fracasa, la siguiente línea de respuestas es la activación del sistema simpático que es un poco más rígido y evolutivamente más primitivo que el sistema de participación social. Cuando ocurre esta activación simpático es cuando se da la activación de respuesta de lucha o huida. Sin embargo, si el individuo es incapaz de luchar o huir, entonces la siguiente línea de respuesta sería la activación del sistema parasimpático vagal dorsal, en la cual se activa la respuesta de rendimiento o congelamiento. Por ejemplo, un niño que está siendo abusado, apenas sus estructuras cerebrales y del sistema nervioso se está desarrollando, es un niño que todavía su sistema de participación social está en desarrollo. Los niños, en general, tienen menos poder y menos control sobre su medioambiente.
Generalmente el que empieza es el sistema de participación social: no va a negociar con su padre, no le va a pedir que no lo abuse y no le pegue. El niño entra en activación simpática y la respuesta de huida y lucha se activa pero el niño o infante generalmente no puede escapar, no puede huir ni luchar y entonces se desencadena la respuesta que es la de congelamiento. Esta es la que más frecuentemente vemos en el trabajo infantil y está asociada con el desarrollo de trastornos disociativos como un mecanismo de enfrentamiento.
Orgánicamente ¿Qué conforma el sistema de participación?
El sistema parasimpático vagal ventral, que tiene terminaciones en el tallo cerebral. Tiene terminaciones en el talo, lo que llamaba Paul McLean, el cerebro reptiliano.
Mencionaste que se da una liberación masiva de cortisol, ¿Cuáles son los efectos conductuales?
Cuando se libera el cortisol se determina la respuesta de huida y lucha. El organismo lo metaboliza. Ahora se ve el efecto que tiene el cortisol liberado masivamente en el sistema inmunológico, las personas que han sufrido trauma crónico o trauma a nivel temprano, tienen mucha más predisposición a tener problemas somáticos.
CUALQUIER DAÑO PROVOCADO POR UN PADRE O CUIDADOR PRIMARIO TIENE UN EFECTO MAYOR QUE SI LO HACE SER HUAMANO.
¿Existe una etapa crítica en la vida de los niños en la que los eventos puedan ser más dramáticos?
La infancia de por sí es una etapa crítica, pero cuando pensamos en el primer año de edad, incluso los primeros tres años, el cerebro se desarrolla en el 90%, en estos años hay un desarrollo supremamente rápido. Las experiencias que están ocurriendo en esa etapa tienen un efecto importante en el desarrollo del cerebro. En el desarrollo del todo, el sistema de regulación del niño, estas experiencias tempranas tiene efecto grandísimo, por eso cuando vemos el trauma severo a nivel temprano hay una secuela mucho más severa.
Si un niño tiene experiencias apropiadas durante los tres primeros años de edad, sus vínculo es seguro con los padres y si después hay un evento traumático, es un niño que ha desarrollado la base para la regulación a través del vínculo que ha adquirido con sus padres; su sistema está mucho más preparado para poder soportar un trauma. Dentro de la terapia de resiliencia, éste es uno de los factores para desarrollar es capacidad, haber tenido esta buena experiencias a nivel temprano.
En tu experiencia. ¿Cuáles son los eventos que más perturban o que son más traumático s para la psique del niño?
Definitivamente, del abuso que es infringió por el cuidador, porque la sobrevivencia del niño depende del cuidado. Tenemos el sistema de sobrevivencia y el sistema de apedo, estamos biológicamente cableados par apegarnos. El ser humano necesita el apego, es una necesidad de sobrevivencia. Por un lado, el sistema de apego necesita desarrollar un vínculo hacia los padres para sobrevivir. Pero el niño cuya sobrevivencia está a cargo de una persona que está ocasionando daño, crea un alto nivel de desorganización en el sistema nervioso. El abuso infringido por una persona que no es de su sistema primario de cuidado tiene un efecto grave en el desarrollo. Pero cuando es cualquier de los padres, el efecto es mucho más dañino en la vida de cualquier ser humano. La capacidad de desarrollar relación m la capacidad del sistema de organizarse depende del vínculo que desarrolla con otro yo, con otro cerebro.
“EL SER HUMANO NECESIDA EL APEGO, ES UNA NECESIDAD DE SOBREVIVENCIA”
Shore habla de las interacciones del hemisferio derecho del padre con el hemisferio derecho del niño, y cómo estas conexiones van a afectar la organización de ese sistema, que es del niño. Si es del padre el que está causando el daño y la desorganización es muchísimo más grande. Lo que ocurre es que el padre crea un apego desorganizado, con sus mismos comportamientos que son desorganizados para el niño, desencadenan en este la desactivación simpática, la respuesta de lucha y huida. Como el bebé no puede escapar, se rinde y allí desarrolla una respuesta de disociación.
El trauma ocurre allí, no hay recuerdo del evento, si hay reacción al estímulo presente basado en esas redes neuronales que contienen esa información. Por ejemplo, el niño que pasó por muchas cirugías en los primeros meses de vida, experimentó dolor intenso y después desarrolló ciertos problemas de comportamiento o problemas de tiempo emocional. Los niños sólo generan todo tipo de reacciones, no sólo generan todo tipo de reacciones, no recuerdan la experiencia traumática. Las reacciones a nivel emocional y somático son la respuesta a exponerse un estimulo reminiscente que conecta la memoria, no la recuerdan explícitamente, sólo a nivel subliminal, debajo de la conciencia presente. Cuando esto sucede, la persona no es consciente de que está recordando un evento de su pasado. Esta memoria de la que hablamos no ha tenido intervención del hipocampo, no ha sido integrada ni localizada en tiempo y espacio. Ocurre que todas las memorias han sido guardadas pero a nivel implícito.
Según tu criterio, ¿podríamos decir que hay más vulnerabilidad en los niños o en las niñas a tener secuelas traumáticas?
Depende de tantas circunstancias culturales, de ciertas ocasiones, según la cultura, las niñas pueden ser más vulnerables.
¿Cuáles son las características que observaríamos en un niño traumatizado?
El rango de características es muy amplio. Podemos ver niños que muestran síntomas asociados a la hiperactivación, como ansiedad, miedos o pesadillas. Si miramos únicamente los síntomas de los trastornos del estrés postraumático nos encontramos con síntomas muy específicos descritos en el DSM IV. Sin embargo, cuando miramos el trauma desde una perspectiva más amplia, vemos que el legado de las secuelas del rauma puede ser muchísimo más grande y se extiende a muchos otros trastornos, como depresión problemas de comportamiento, conducta de oposición, niños por ejemplo que son diagnosticados con déficit de atención, etc.
Puede ser que el niño sea diagnostica con TEPT, pero es necesario estudiar y explicar las secuelas del trauma infantil que se entienden en un espectro muy amplio de la hiperactivación. ES necesario ver detrás del diagnóstico en un niño para ver si existe un trauma que no hay sido resuelto.
En el caso de los niños que muestran remordimiento, ¿podemos hablar de un trauma no resuelto?
La empatía se desarrolla en la relación con los cuidadores. Es a través de los vínculos con los cuidadores primarios que el niño aprende sobre empática. Cuando la relación es contingente, cuando se da la alineación con los estados internos del niño y entonces sus necesidades son satisfechas, todo lo anterior hace que el niño se sienta “sentido”. Daniel Siegel nos dice que el niño empieza, con esto, a crear un mundo coherente y coercitivo, que empieza a organiza el sistema como resultado de las interacciones didácticas contingentes y reguladoras entre el padre y el niño o la madre y/o el cuidador primario. Esto hace que el niño desarrolla la capacidad de alinearse con otros más adelante, de ser compasivo y empático. Cuando esto no ha ocurrido, nuestra capacidad de experimentar empatía se ve comprometida.
¿Entonces tenemos un círculo vicioso: padres que no fueron adecuadamente vinculados están criando niños también con esta carencia?
Hablamos de la trasmisión intergeneracional con estos patrones de apego. El predictor número uno de que un niño genere un tipo de apego inseguro es el tipo de apego que el padre tiene en el momento de convertirse en padre o madre. El trauma que esta resulto es un predictor también. Si el padre no ha creado la memoria narrativa que le permite entender, entonces el padre está todavía en estado interno de fragmentación.
¿Crees que existen algunas culturas, que por las prácticas que realizan, como los rituales de iniciación o exposición a las niñas, sean culturas traumatizantes?
En mi opinión basada en mi experiencia, he visto casos de niñas que han sido muy dañadas por las conductas de infidelidad del padre. Podríamos decir que culturalmente vemos cosas que aceptamos como normales, pero cuando vemos a los niños entendemos que hay patrones culturales que los dañan. También creo que hay creencias religiosas que mantienen el sistema o mantienen al individuo sin poder escapar, y esto lo hace pensar en la posibilidad de recibir un grave castigo. El abuso espiritual puede causar también mucho daño. Este abuso es mucho más difícil de curar, por las implicaciones que conlleva en la filosofía más profunda, en la vida de la persona. Si, por ejemplo, creo en un Dios que me abusa, que me castiga, esto me daña terriblemente. Porque, en la mente del niño, de Dios no puede escapar. De mi padre me podré poner a salvo huyendo, pero de lo que pienso y creo, no. La fórmula está relacionada con el vínculo que generó mi modelo mental sobre Dios. Si me enojo con Él, si me opongo y luego me pasa algo, la cognición de inmediato suele ser “soy malo y por eso me castigan”. Trabajar con estos modelos mentales es muy difícil, es un daño al yo profundo y puede hacer surgir la duda existencial: ¿Si soy malo para Dios, para quién puedo ser bueno?
¿Puede la programación de la TV y el material que se publica en diarios de violencia causar trauma vicario?
Cuando hablamos de desregulación en padres a nivel vicario podemos seguir a nivel macro, y vemos desregulación en el sistema educativo y en sistema de salud mental. Es un reflejo a nivel macro de lo que pasa a nivel micro de la desregulación del yo. Con toda esta información, el niño es testigo de que otra persona está siendo abusada y a veces provoca mayor daño, porque no puede hacer nada, no puede ayudar, puede también reforzar su impotencia. Si el niño ha sufrido trauma y está expuesto a toda esta información, continúan reforzando todo los modelos mentales que se le están creando.
Los padres tienen la responsabilidad de graduar la exposición a los hechos dolorosos traumáticos de la vida, los medios de comunicación no lo mediará. Un niño que constantemente sufre negligencia en estados de hipoactivación y necesita regular su estado interno o estimularse, un día encuentra el sexo, una fotografía pornográfica, por ejemplo, le gusta y eso activa su sistema, entones les gustará más y más. La pornografía y la masturbación se convierten en una forma de regulación de un estado e hpoactivación. Así un niño que padece de distimia, que está apagado, si eso internamente lo activa, le servirá. Existen niños que tienen un afecto hipoactivo y recurren a prácticas ilegales como un recurso para activarse, para lograr la autorregulación. Por ejemplo, los niños que roban.
¿Es decir que podría convertirse en forma de sobrevivir?
Por supuestos. Yo hago que los niños empiecen a mirar esto como lo ayuda para sobrevivir, aunque haya sido autodestructivo. La cuestión es ayudarlo ya no sobrevivir, sino a ver de qué manera vive.
Pensaba en el abuso cultural en cuanto al machismo, por ejemplo. En nuestras sociedades latinas también hay un abuso cultural, pero en las culturas anglosajonas y europeas, el abuso puede ser más claro en cuanto al tema del sexo y la violación. Entonces vemos que el medioambiente contribuye con elementos que dan autorregulación de esta forma. Es como se le da forma al sistema del niño y es todo de la misma manera, nivel micro y macro. Sus padres sus maestros tienen una influencia grande. Vemos niños que son hipersexualizados y debido a esto encuentran en la cultura una forma de autorregulación
Cuando ya sabemos que ha ocurrido un hecho traumático. ¿Qué es lo más aconsejable a hacer de inmediato, cuales son los primeros auxilios?
Lo primero y básico es establecer el sentido de seguridad. Si no se restablece ese sentido ninguno tratamiento va a funcionar porque el niño está en un estado de alarma constante, en un estado interno de activación, entonces es necesario dar la seguridad en el aquí y ahora. Seguridad que los padres pueden propiciar, por eso es necesario hacer el trabajo con ellos. Pero esto no sucede con muchos niños que sigue pasando por hechos traumáticos, como la violencia intrafamiliar. El tratamiento es restaurar lo que está pasando ahora crear un sentido de seguridad en el aquí el ahora, con los padres, los cuidadores en la escuela.
Luego, se puede empezar a organizar otro elemento para el tratamiento, como desarrollar los recursos internos, incrementar la capacidad el niño de utilizar recursos internos y externos, pero la seguridad es indispensable. Esa es la red que va a sostener al niño durante todo el tratamiento.
Para terminar, nos gustaría que nos hables un poco sobre trauma complejo.
El trauma complejo es básicamente todo lo que hemos hablado hasta acá porque es lo que se da dentro del sistema de cuidados. Es complejo porque es infringido por las personas de quien depende la sobrevivencia de los niños, y más duramente si esto ocurre a nivel temprano de la vida.
¿Qué pasa cuando los abuelos son los cuidadores y los padres abusan? ¿Causa desorganización en los niños?
Lo que pasa es que el niño puede desarrollar un apego distinto con cada cuidador. El niño puede desarrollar apego seguro con el padre, y con la madre apego ambivalente desorganizado. Si tiene otras personas con las que puede generar otro apego, quizá debemos decir que “apapachar” no necesariamente que es seguro, porque pueden abrazar al niño 50, 000 veces, pero no cuando él quiere, puede ser que sea la abuelita la que lo necesite. Pero cuando el abuelo da el apego seguro y son varias las personas que dan esto mismo al niño, entonces es muy bueno. Entre más opciones de personas predecibles en el afecto, mayor es la capacidad resiliente.
Al hacer esta revisión pareciera desolador el futuro, porque vemos a tantos padres con pocos recursos internos, desregulados, crenado vínculos inseguros con sus hijos. ¿Qué piensan sobre eso?
Al contrario yo veo esto como un mensaje de esperanza, que hemos evolucionado desde el hombre primitivo hasta este punto en donde desarrollamos este nivel más consciente de nuestra situación y naturaleza humana. Esta es una información fascinante, maravillosa que nosotros como profesionales de la salud mental podemos empezar a pasar a otros colegas, a los maestros. Los maestros y los padres necesitan ser educados en esto. Cuando esta información se empieza a transmitir a medida que cada persona la comprende y empieza a hacer su trabajo, empiezan también a integrarse interiormente y a otras generaciones le llegan cosas diferentes.
Para mí es un mensaje de esperanza: pienso que son muchas las cosas que contribuyen a la evolución del ser humano. Lo podemos ver a nivel macro, pero imaginaremos la célula. Empezamos a ir hacia adentro hasta llegar al átomo, también evolucionando. Veo el apego como el átomo que es el cerebro de nuestra evolución , porque la medida en que yo como individuo crezco, evoluciono, me integro, me regulo, pasaré sin duda esto a las siguiente generación. La siguiente generación recibirá un vínculo seguro. Somos responsables todos porque somos parte de un sistema, el cambio comienza personalmente, aprendiendo a autoregularse.
En la medida que como profesional lo hago, la terapia que ofreceré será diferente, ya que me vincularé con los pacientes de manera diferente. Los psicólogos necesitamos de aprender a buscar nuestro propio proceso de psicoterapia, que nos ayuda con nuestra autorregulación.
Revista Psicólogos 2010- www.colegiodepsicologos.org.gt.
sábado, 20 de agosto de 2011
Articulo AMAR LO QUE ES de Byron Katie
BYRON KATIE:
AMAR LO QUE ES
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Referencia:
Amar lo que es (s.f). Recuperado el 19 de agosto 2011, de http://www.thework-es.org/
Byron Kathleen Reid, una empresaria y madre que vive en el alto desierto del sur de California, sufrió una severa depresión después de cumplir los treinta años. Durante un periodo de diez años, su depresión se agudizó y Katie (como le dicen) se pasó cerca de dos años casi incapaz de salir de su cama y obsesionada con la idea del suicidio. De repente una mañana, desde las profundidades de la desesperación, experimentó una revelación que cambió su vida. Katie percibió que cuando pensaba que algo debería ser diferente de cómo era (“Mi marido debería quererme más,” “Mis hijos deberían apreciarme,”) ella sufría, y que cuando no creía en estos pensamientos, se sentía en paz. Comprendió que lo que causaba su depresión no era el mundo alrededor suyo, sino las creencias que ella tenía respecto a ese mundo. En un repentino despertar interior, Katie vio que nuestro esfuerzo por encontrar la felicidad estaba enrevesado: en vez de intentar cambiar el mundo para ajustarlo a nuestros pensamientos de cómo “debería” ser, podemos cuestionar estos pensamientos y, mediante el encuentro con la realidad como es, experimentar una libertad y un gozo inimaginables. Katie desarrolló un método sencillo y sin embargo poderoso de indagación, llamado The Work, que rendía practicable esta transformación. Como resultado, una mujer deprimida y con tendencias suicidas se llenó de amor por todo lo que la vida le aporta.
Esta revelación de Katie coincide con las últimas investigaciones de la psicología cognitiva, y The Work se ha comparado al diálogo socrático, las enseñanzas budistas y los programas de doce pasos. Sin embargo, Katie desarrolló su propio método sin conocimiento alguno de religión ni psicología. The Work se basa totalmente en la experiencia directa de una mujer respecto a cómo se crea el sufrimiento y cómo se le pone fin. Es asombrosamente sencillo, accesible a personas de todas las edades y procedencias, y no requiere más que pluma, papel y una mente abierta. Katie comprendió desde un principio que aportar a las personas sus respuestas o percepciones era de poco valor; en vez de eso, les ofrece un proceso mediante el cual las personas pueden encontrar sus propias respuestas.
Las primeras personas que se sometieron a The Work reportaron que había transformado su vida, y al poco tiempo Katie comenzó a recibir invitaciones para enseñar este proceso al público en general. Desde 1986 ha presentado The Work ante cientos de miles de personas en más de treinta países alrededor del mundo. Además de eventos públicos, ha presentado su Trabajo a corporaciones, universidades, escuelas, iglesias, prisiones y hospitales. El gozo y sentido de humor de Katie inmediatamente desarman a la gente, y las revelaciones profundas y los descubrimientos que experimentan los participantes redundan en eventos emocionantes (siempre se proveen pañuelos desechables).
Desde 1998, Katie ha dirigido La Escuela para The Work, un currículo de nueve días de ejercicios que se ofrece varias veces al año en diferentes localidades. La Escuela está aprobada como proveedor de créditos para unidades de educación continuada, y muchos psicólogos, consejeros, y terapeutas reportan que The Work se ha integrado como parte importante de sus prácticas. Katie también dirige una Limpia Mental de Año Nuevo: un programa de cinco días de cuestionamiento continuo que tiene lugar al sur de California al final de diciembre, y ofrece intensivos de fin de semana o “mini-escuelas” en ciudades principales. También existen cintas de audio y video de Katie facilitando The Work sobre una amplia gama de temas (sexo, dinero, el cuerpo, la crianza de los hijos) que están a la disposición de quien quiera tanto en sus eventos como en su página web.
En marzo de 2002, Crown Harmony (traducción, editorial Urano, 2002) publicó el primer libro de Katie, Amar lo Que es:: cuatro preguntas que pueden cambiar tu vida, cuyo co-autor, Stephen Mitchell es un reconocido autor y traductor. Amar lo que es ya ha sido traducido a 16 idiomas.
Lo que es, es
Únicamente sufrimos cuando creemos un pensamiento que está en desacuerdo con lo que es. Cuando la mente está perfectamente clara, lo que es, es lo que queremos. Si quieres que la realidad sea diferente de lo que es, podrías intentar enseñarle a ladrar a un gato y obtendrías el mismo resultado. Puedes intentarlo una y otra vez, y al final, el gato te mirará y volverá a decir: «Miau». Desear que la realidad sea diferente de lo que es, es un deseo imposible de satisfacer. Y aun así, si prestas atención> advertirás que tienes pensamientos de este tipo docenas de veces al día: «La gente debería ser más amable», «Debería enseñarse a los niños a comportarse bien», «Mis vecinos deberían cuidar mejor su césped», «La cola del supermercado debería avanzar más deprisa», «Mi mujer (o mi marido) debería estar de acuerdo conmigo», «Debería estar más delgada (o ser más guapa o tener más éxito)». Estos pensamientos constituyen distintas maneras de querer que la realidad sea diferente de lo que es. Si te parece que esto suena deprimente, estás en lo cierto. Toda la tensión que sentimos se origina en nuestras discusiones con lo que es. Personas aún no familiarizadas con The Work me dicen a menudo: «Pero si renunciase a mi discusión con la realidad perdería parte de mi poder. Si simplemente acepto la realidad, seré pasiva. Quizás incluso pierda el deseo de actuar». Yo les contesto con una pregunta: «¿Tienes la absoluta certeza de que eso es verdad?». «Ojalá no hubiese perdido mi trabajo» o «He perdido mi trabajo; ¿qué puedo hacer ahora?»: ¿Qué es lo que te da más poder?
The Work revela que lo que piensas que no debería haber sucedido sí debería haber sucedido. Debería haber sucedido porque así fue y ningún pensamiento del mundo puede cambiarlo. Eso no quiere decir que lo toleres ni que lo apruebes. Sólo significa que eres capaz de ver las cosas sin resistencia y sin la confusión de tu lucha interior. Nadie quiere que sus hijos enfermen, nadie quiere ser víctima de un accidente de coche; pero cuando estas cosas ocurren, ¿de qué forma podría ayudar discutir mentalmente con ellas? Sabemos que no tiene sentido, y sin embargo, lo hacemos porque no sabemos cómo dejar de hacerlo.
Soy una amante de lo que es, no porque sea una persona espiritual, sino porque, cuando discuto con la realidad, sufro. Podemos saber que la realidad está bien tal como es porque, cuando discutimos con ella, sentimos tensión y frustración. No nos sentimos normales ni equilibrados. Cuando dejamos de oponernos a la realidad, la acción se convierte en algo sencillo, fluido, amable y seguro.
Ocúpate de tus propios asuntos
Sólo puedo encontrar tres tipos de asuntos en el universo: los míos, los tuyos y los de Dios. (Para mí, la palabra Dios significa «realidad». La realidad es Dios, porque gobierna. Todo lo que escapa a mi control, al tuyo y al de cualquier otra persona es lo que yo denomino «los asuntos de Dios».) Buena parte de nuestras tensiones proviene de vivir mentalmente fuera de nuestros asuntos. Cuando pienso: «Necesitas encontrar un trabajo, quiero que seas feliz, deberías ser puntual, necesitas cuidar mejor de ti mismo», me estoy inmiscuyendo en tus asuntos. Cuando me preocupo por los terremotos, las inundaciones, la guerra o la fecha de mi muerte, me estoy inmiscuyendo en los asuntos de Dios. Si mentalmente estoy metida en tus asuntos o en los de Dios, el efecto es la separación. Fui consciente de esto hace tiempo, en 1986. Cuando, por ejemplo> me inmiscuía mentalmente en los asuntos de mi madre con pensamientos del tipo: «Mi madre debería comprenderme», experimentaba de inmediato un sentimiento de soledad. Y comprendí que siempre que me he sentido herida o sola, he estado inmiscuida en los asuntos de otra persona.
Si tú estás viviendo tu vida y yo estoy viviendo mentalmente tu vida, ¿quién está aquí viviendo la mía? Los dos estamos ahí. Ocuparme mentalmente de tus asuntos me impide estar presente en 3 los míos. Me separo de mí misma y me pregunto por qué razón mi vida no funciona. Pensar que yo sé lo que es mejor para los demás es estar fuera de mis asuntos. Incluso en nombre del amor, es pura arrogancia y el resultado es la tensión, la ansiedad y el miedo. ¿Sé lo que es adecuado para mí? Ese es mi único asunto. Permíteme trabajar en eso antes de tratar de resolver tus problemas por ti.
Si comprendes los tres tipos de asuntos lo bastante para ocuparte de los tuyos propios, este conocimiento puede liberar tu vida de una manera que ni siquiera eres capaz de imaginar. La próxima vez que sientas tensión o incomodidad, pregúntate de quién son los asuntos en los que te ocupas mentalmente, ¡y quizás estalles en carcajadas! Esa pregunta puede devolverte a ti mismo. Tal vez llegues a descubrir que, en realidad, nunca has estado presente y que te has pasado toda la vida viviendo mentalmente en los asuntos de otras personas. Y si practicas durante un tiempo, quizá descubras que en realidad no tienes ningún asunto y que tu vida funciona perfectamente por sí misma
Enfréntate a tus pensamientos con Comprensión
Un pensamiento resulta inofensivo a menos que nos lo creamos. No son nuestros pensamientos,
sino nuestro apego a ellos, lo que origina nuestro sufrimiento. Apegarse a un pensamiento significa creer que es verdad sin indagar en él. Una creencia es un pensamiento al que hemos estado apegados, a menudo durante años. La mayoría de la gente cree que «es» lo que sus pensamientos dicen que es. Un día advertí que no estaba respirando: me estaban respirando. Entonces también advertí, con gran sorpresa, que no estaba pensando: que, en realidad, estaba siendo pensada y que pensar no es personal. ¿Te despiertas por la mañana y te dices: «Creo que hoy no voy a pensar»? Es demasiado tarde: ¡ya estás pensando! Los pensamientos sencillamente aparecen. Provienen de la nada y vuelven a la nada, como nubes que se mueven a través de un cielo vacío. Están de paso, no han venido para quedarse. No son perjudiciales hasta que nos apegamos a ellos como si fueran verdad. Nadie ha sido capaz, jamás, de controlar su pensamiento, aunque la gente cuente la historia de cómo lo ha conseguido. No dejo que mis pensamientos se marchen: me enfrento a ellos con comprensión. Son ellos los que me dejan marcharme a mí.
Los pensamientos son como la brisa o las hojas en los árboles o las gotas de lluvia que caen. Aparecen del mismo modo, y a través de la indagación, podemos entablar amistad con ellos. ¿Discutirías con una gota de lluvia? Las gotas de lluvia no son personales, como tampoco lo son los pensamientos. Una vez que te has enfrentado a un concepto doloroso con comprensión, la próxima vez que aparezca quizá te resulte interesante. Lo que solía ser una pesadilla ahora es sólo algo interesante. La siguiente vez que aparezca, tal vez te resulte divertido. Y la siguiente vez, quizá ni siquiera lo adviertas. Este es el poder de amar lo que es.
Pon la mente en el papel
El primer paso de The Work consiste en escribir tus juicios sobre cualquier situación estresante de tu vida pasada, presente o futura: una persona que te desagrada o te preocupa, una situación que te provoca enfado, miedo o tristeza, o alguien ante quien sientes ambivalencia o confusión. Escribe tus juicios tal como los piensas. (Utiliza una hoja de papel en blanco; también puedes encontrar en el sitio web http://www.thework.org, en la sección denominada «Do The Work» [«Haz The Work»], una «Hoja de Trabajo para juzgar a tu prójimo» [Judge-Your-Neighbour Worksheet] que puedes balarte e imprimir.) Durante miles de años, nos han enseñado a no juzgar; pero, seamos sinceros, de todos modos lo hacemos sin parar. La verdad es que todos tenemos siempre juicios en la cabeza. A través de The Work tenemos permiso, finalmente, para expresar esos juicios, v hasta 4 «gritarlos», en el papel. Tal vez descubramos que es posible enfrentarse incluso a los pensamientos más desagradables con un amor incondicional. Te animo a que escribas sobre alguien a quien no hayas perdonado totalmente. Este es el lugar más eficaz por donde empezar. Aun cuando hayas perdonado a esa persona en un 99 por ciento, no serás libre hasta que tu perdón sea completo. Ese 1 por ciento que no has perdonado es precisamente el lugar en el que te has atascado con el resto de tus relaciones (incluida la relación contigo mismo).
Si empiezas por dirigir el dedo acusador hacia fuera, entonces el centro de atención no recaerá en ti. Sencillamente te soltarás sin censurarte. Con frecuencia estamos bastante seguros sobre lo que otras personas necesitan hacer, cómo deberían vivir y con quién deberían estar. Cuando se trata de otras personas, tenemos una visión clara, pero no sucede lo mismo con nosotros mismos. Al realizar The Work, comprendes quién eres porque ves quiénes crees que otras personas son. Con el tiempo, llegas a ver que todo lo que está fuera de ti es un reflejo de tu propio pensamiento.
Eres el narrador de la historia, el proyector de todas las historias, y el mundo es la imagen proyectada de tus pensamientos.
Desde el principio de los tiempos, la gente ha intentado cambiar el mundo a fin de ser feliz. Esto nunca ha funcionado porque aborda el problema en el orden contrario. The Work nos brinda un medio para cambiar el proyector -la mente- en lugar de lo proyectado. Es como cuando hay un fragmento de polvo en la lente de un proyector. Creemos que hay una imperfección en la pantalla e intentamos cambiar a quienquiera que sea sobre quien recaiga la imperfección. Pero intentar cambiar las imágenes proyectadas constituye un esfuerzo fútil. Una vez que comprendemos dónde está la mota de polvo, podemos limpiar la lente. Esto constituye el fin del sufrimiento y el principio de la dicha en el paraíso.
AMAR LO QUE ES
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Referencia:
Amar lo que es (s.f). Recuperado el 19 de agosto 2011, de http://www.thework-es.org/
Byron Kathleen Reid, una empresaria y madre que vive en el alto desierto del sur de California, sufrió una severa depresión después de cumplir los treinta años. Durante un periodo de diez años, su depresión se agudizó y Katie (como le dicen) se pasó cerca de dos años casi incapaz de salir de su cama y obsesionada con la idea del suicidio. De repente una mañana, desde las profundidades de la desesperación, experimentó una revelación que cambió su vida. Katie percibió que cuando pensaba que algo debería ser diferente de cómo era (“Mi marido debería quererme más,” “Mis hijos deberían apreciarme,”) ella sufría, y que cuando no creía en estos pensamientos, se sentía en paz. Comprendió que lo que causaba su depresión no era el mundo alrededor suyo, sino las creencias que ella tenía respecto a ese mundo. En un repentino despertar interior, Katie vio que nuestro esfuerzo por encontrar la felicidad estaba enrevesado: en vez de intentar cambiar el mundo para ajustarlo a nuestros pensamientos de cómo “debería” ser, podemos cuestionar estos pensamientos y, mediante el encuentro con la realidad como es, experimentar una libertad y un gozo inimaginables. Katie desarrolló un método sencillo y sin embargo poderoso de indagación, llamado The Work, que rendía practicable esta transformación. Como resultado, una mujer deprimida y con tendencias suicidas se llenó de amor por todo lo que la vida le aporta.
Esta revelación de Katie coincide con las últimas investigaciones de la psicología cognitiva, y The Work se ha comparado al diálogo socrático, las enseñanzas budistas y los programas de doce pasos. Sin embargo, Katie desarrolló su propio método sin conocimiento alguno de religión ni psicología. The Work se basa totalmente en la experiencia directa de una mujer respecto a cómo se crea el sufrimiento y cómo se le pone fin. Es asombrosamente sencillo, accesible a personas de todas las edades y procedencias, y no requiere más que pluma, papel y una mente abierta. Katie comprendió desde un principio que aportar a las personas sus respuestas o percepciones era de poco valor; en vez de eso, les ofrece un proceso mediante el cual las personas pueden encontrar sus propias respuestas.
Las primeras personas que se sometieron a The Work reportaron que había transformado su vida, y al poco tiempo Katie comenzó a recibir invitaciones para enseñar este proceso al público en general. Desde 1986 ha presentado The Work ante cientos de miles de personas en más de treinta países alrededor del mundo. Además de eventos públicos, ha presentado su Trabajo a corporaciones, universidades, escuelas, iglesias, prisiones y hospitales. El gozo y sentido de humor de Katie inmediatamente desarman a la gente, y las revelaciones profundas y los descubrimientos que experimentan los participantes redundan en eventos emocionantes (siempre se proveen pañuelos desechables).
Desde 1998, Katie ha dirigido La Escuela para The Work, un currículo de nueve días de ejercicios que se ofrece varias veces al año en diferentes localidades. La Escuela está aprobada como proveedor de créditos para unidades de educación continuada, y muchos psicólogos, consejeros, y terapeutas reportan que The Work se ha integrado como parte importante de sus prácticas. Katie también dirige una Limpia Mental de Año Nuevo: un programa de cinco días de cuestionamiento continuo que tiene lugar al sur de California al final de diciembre, y ofrece intensivos de fin de semana o “mini-escuelas” en ciudades principales. También existen cintas de audio y video de Katie facilitando The Work sobre una amplia gama de temas (sexo, dinero, el cuerpo, la crianza de los hijos) que están a la disposición de quien quiera tanto en sus eventos como en su página web.
En marzo de 2002, Crown Harmony (traducción, editorial Urano, 2002) publicó el primer libro de Katie, Amar lo Que es:: cuatro preguntas que pueden cambiar tu vida, cuyo co-autor, Stephen Mitchell es un reconocido autor y traductor. Amar lo que es ya ha sido traducido a 16 idiomas.
Lo que es, es
Únicamente sufrimos cuando creemos un pensamiento que está en desacuerdo con lo que es. Cuando la mente está perfectamente clara, lo que es, es lo que queremos. Si quieres que la realidad sea diferente de lo que es, podrías intentar enseñarle a ladrar a un gato y obtendrías el mismo resultado. Puedes intentarlo una y otra vez, y al final, el gato te mirará y volverá a decir: «Miau». Desear que la realidad sea diferente de lo que es, es un deseo imposible de satisfacer. Y aun así, si prestas atención> advertirás que tienes pensamientos de este tipo docenas de veces al día: «La gente debería ser más amable», «Debería enseñarse a los niños a comportarse bien», «Mis vecinos deberían cuidar mejor su césped», «La cola del supermercado debería avanzar más deprisa», «Mi mujer (o mi marido) debería estar de acuerdo conmigo», «Debería estar más delgada (o ser más guapa o tener más éxito)». Estos pensamientos constituyen distintas maneras de querer que la realidad sea diferente de lo que es. Si te parece que esto suena deprimente, estás en lo cierto. Toda la tensión que sentimos se origina en nuestras discusiones con lo que es. Personas aún no familiarizadas con The Work me dicen a menudo: «Pero si renunciase a mi discusión con la realidad perdería parte de mi poder. Si simplemente acepto la realidad, seré pasiva. Quizás incluso pierda el deseo de actuar». Yo les contesto con una pregunta: «¿Tienes la absoluta certeza de que eso es verdad?». «Ojalá no hubiese perdido mi trabajo» o «He perdido mi trabajo; ¿qué puedo hacer ahora?»: ¿Qué es lo que te da más poder?
The Work revela que lo que piensas que no debería haber sucedido sí debería haber sucedido. Debería haber sucedido porque así fue y ningún pensamiento del mundo puede cambiarlo. Eso no quiere decir que lo toleres ni que lo apruebes. Sólo significa que eres capaz de ver las cosas sin resistencia y sin la confusión de tu lucha interior. Nadie quiere que sus hijos enfermen, nadie quiere ser víctima de un accidente de coche; pero cuando estas cosas ocurren, ¿de qué forma podría ayudar discutir mentalmente con ellas? Sabemos que no tiene sentido, y sin embargo, lo hacemos porque no sabemos cómo dejar de hacerlo.
Soy una amante de lo que es, no porque sea una persona espiritual, sino porque, cuando discuto con la realidad, sufro. Podemos saber que la realidad está bien tal como es porque, cuando discutimos con ella, sentimos tensión y frustración. No nos sentimos normales ni equilibrados. Cuando dejamos de oponernos a la realidad, la acción se convierte en algo sencillo, fluido, amable y seguro.
Ocúpate de tus propios asuntos
Sólo puedo encontrar tres tipos de asuntos en el universo: los míos, los tuyos y los de Dios. (Para mí, la palabra Dios significa «realidad». La realidad es Dios, porque gobierna. Todo lo que escapa a mi control, al tuyo y al de cualquier otra persona es lo que yo denomino «los asuntos de Dios».) Buena parte de nuestras tensiones proviene de vivir mentalmente fuera de nuestros asuntos. Cuando pienso: «Necesitas encontrar un trabajo, quiero que seas feliz, deberías ser puntual, necesitas cuidar mejor de ti mismo», me estoy inmiscuyendo en tus asuntos. Cuando me preocupo por los terremotos, las inundaciones, la guerra o la fecha de mi muerte, me estoy inmiscuyendo en los asuntos de Dios. Si mentalmente estoy metida en tus asuntos o en los de Dios, el efecto es la separación. Fui consciente de esto hace tiempo, en 1986. Cuando, por ejemplo> me inmiscuía mentalmente en los asuntos de mi madre con pensamientos del tipo: «Mi madre debería comprenderme», experimentaba de inmediato un sentimiento de soledad. Y comprendí que siempre que me he sentido herida o sola, he estado inmiscuida en los asuntos de otra persona.
Si tú estás viviendo tu vida y yo estoy viviendo mentalmente tu vida, ¿quién está aquí viviendo la mía? Los dos estamos ahí. Ocuparme mentalmente de tus asuntos me impide estar presente en 3 los míos. Me separo de mí misma y me pregunto por qué razón mi vida no funciona. Pensar que yo sé lo que es mejor para los demás es estar fuera de mis asuntos. Incluso en nombre del amor, es pura arrogancia y el resultado es la tensión, la ansiedad y el miedo. ¿Sé lo que es adecuado para mí? Ese es mi único asunto. Permíteme trabajar en eso antes de tratar de resolver tus problemas por ti.
Si comprendes los tres tipos de asuntos lo bastante para ocuparte de los tuyos propios, este conocimiento puede liberar tu vida de una manera que ni siquiera eres capaz de imaginar. La próxima vez que sientas tensión o incomodidad, pregúntate de quién son los asuntos en los que te ocupas mentalmente, ¡y quizás estalles en carcajadas! Esa pregunta puede devolverte a ti mismo. Tal vez llegues a descubrir que, en realidad, nunca has estado presente y que te has pasado toda la vida viviendo mentalmente en los asuntos de otras personas. Y si practicas durante un tiempo, quizá descubras que en realidad no tienes ningún asunto y que tu vida funciona perfectamente por sí misma
Enfréntate a tus pensamientos con Comprensión
Un pensamiento resulta inofensivo a menos que nos lo creamos. No son nuestros pensamientos,
sino nuestro apego a ellos, lo que origina nuestro sufrimiento. Apegarse a un pensamiento significa creer que es verdad sin indagar en él. Una creencia es un pensamiento al que hemos estado apegados, a menudo durante años. La mayoría de la gente cree que «es» lo que sus pensamientos dicen que es. Un día advertí que no estaba respirando: me estaban respirando. Entonces también advertí, con gran sorpresa, que no estaba pensando: que, en realidad, estaba siendo pensada y que pensar no es personal. ¿Te despiertas por la mañana y te dices: «Creo que hoy no voy a pensar»? Es demasiado tarde: ¡ya estás pensando! Los pensamientos sencillamente aparecen. Provienen de la nada y vuelven a la nada, como nubes que se mueven a través de un cielo vacío. Están de paso, no han venido para quedarse. No son perjudiciales hasta que nos apegamos a ellos como si fueran verdad. Nadie ha sido capaz, jamás, de controlar su pensamiento, aunque la gente cuente la historia de cómo lo ha conseguido. No dejo que mis pensamientos se marchen: me enfrento a ellos con comprensión. Son ellos los que me dejan marcharme a mí.
Los pensamientos son como la brisa o las hojas en los árboles o las gotas de lluvia que caen. Aparecen del mismo modo, y a través de la indagación, podemos entablar amistad con ellos. ¿Discutirías con una gota de lluvia? Las gotas de lluvia no son personales, como tampoco lo son los pensamientos. Una vez que te has enfrentado a un concepto doloroso con comprensión, la próxima vez que aparezca quizá te resulte interesante. Lo que solía ser una pesadilla ahora es sólo algo interesante. La siguiente vez que aparezca, tal vez te resulte divertido. Y la siguiente vez, quizá ni siquiera lo adviertas. Este es el poder de amar lo que es.
Pon la mente en el papel
El primer paso de The Work consiste en escribir tus juicios sobre cualquier situación estresante de tu vida pasada, presente o futura: una persona que te desagrada o te preocupa, una situación que te provoca enfado, miedo o tristeza, o alguien ante quien sientes ambivalencia o confusión. Escribe tus juicios tal como los piensas. (Utiliza una hoja de papel en blanco; también puedes encontrar en el sitio web http://www.thework.org, en la sección denominada «Do The Work» [«Haz The Work»], una «Hoja de Trabajo para juzgar a tu prójimo» [Judge-Your-Neighbour Worksheet] que puedes balarte e imprimir.) Durante miles de años, nos han enseñado a no juzgar; pero, seamos sinceros, de todos modos lo hacemos sin parar. La verdad es que todos tenemos siempre juicios en la cabeza. A través de The Work tenemos permiso, finalmente, para expresar esos juicios, v hasta 4 «gritarlos», en el papel. Tal vez descubramos que es posible enfrentarse incluso a los pensamientos más desagradables con un amor incondicional. Te animo a que escribas sobre alguien a quien no hayas perdonado totalmente. Este es el lugar más eficaz por donde empezar. Aun cuando hayas perdonado a esa persona en un 99 por ciento, no serás libre hasta que tu perdón sea completo. Ese 1 por ciento que no has perdonado es precisamente el lugar en el que te has atascado con el resto de tus relaciones (incluida la relación contigo mismo).
Si empiezas por dirigir el dedo acusador hacia fuera, entonces el centro de atención no recaerá en ti. Sencillamente te soltarás sin censurarte. Con frecuencia estamos bastante seguros sobre lo que otras personas necesitan hacer, cómo deberían vivir y con quién deberían estar. Cuando se trata de otras personas, tenemos una visión clara, pero no sucede lo mismo con nosotros mismos. Al realizar The Work, comprendes quién eres porque ves quiénes crees que otras personas son. Con el tiempo, llegas a ver que todo lo que está fuera de ti es un reflejo de tu propio pensamiento.
Eres el narrador de la historia, el proyector de todas las historias, y el mundo es la imagen proyectada de tus pensamientos.
Desde el principio de los tiempos, la gente ha intentado cambiar el mundo a fin de ser feliz. Esto nunca ha funcionado porque aborda el problema en el orden contrario. The Work nos brinda un medio para cambiar el proyector -la mente- en lugar de lo proyectado. Es como cuando hay un fragmento de polvo en la lente de un proyector. Creemos que hay una imperfección en la pantalla e intentamos cambiar a quienquiera que sea sobre quien recaiga la imperfección. Pero intentar cambiar las imágenes proyectadas constituye un esfuerzo fútil. Una vez que comprendemos dónde está la mota de polvo, podemos limpiar la lente. Esto constituye el fin del sufrimiento y el principio de la dicha en el paraíso.
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